martes, 23 de octubre de 2012

Sobre la energía femenina



El pasado fin de semana el País Semanal presentaba un reportaje titulado Energía femenina. Mostraba a nueve mujeres que ocupan en la actualidad cargos de alta dirección en empresas tecnológicas en España. Todas son ejecutivas de grandes corporaciones con expedientes brillantes.  Mujeres que han luchado, estudiado y trabajado mucho para llegar donde están.  Son también mujeres atractivas y elegantes. El reportaje ensalza a estas mujeres independientes que han sabido entrar en un mundo que pertenece a los hombres. Son unas pioneras, unas conquistadoras de un terreno que hace apenas unos años no les hubiera dejado entrar.
A todas estas mujeres se las admira porque han sabido comportarse como los hombres. Han sabido sacrificar su vida personal por una vida laboral “plena” dentro de una esfera perteneciente a ellos adoptando un rol y un comportamiento propio del otro sexo. Se han construido otra identidad para llegar hasta donde están ahora. Parecería que solo formando parte del grupo de los hombres se puede llegar hasta un puesto de alta dirección.
Se me plantean varias cuestiones: ¿Cuántas horas trabajarán a la semana, tendrán tiempo para ir al cine, llevarán a sus hijos al colegio, compartirán las tareas domésticas, cuidarán de sus madres? Pero la que más me inquieta, y la que involucra en el fondo a todas las anteriores es si este es el modelo de sociedad igualitaria a la que aspiramos.
Un modelo donde la competencia, el sacrificio, la ambición y una entrega plena al trabajo son valorados por encima de cualquier otro valor. Un modelo donde el único camino para lograr la igualdad es comportarse como un hombre.
La igualdad en el ámbito laboral, aunque la legislación no la impida, es complicada de alcanzar si en el ámbito privado no se consigue. Si una mujer tiene que hacerse cargo de la mayor parte de las cargas familiares y de las tareas que implica llevar una casa, sin ayuda, es muy difícil que esta mujer pueda trabajar en la economía productiva más de media jornada.  Sin embargo, el camino para tratar de lograr una sociedad más igualitaria, consistiría en un reparto equitativo de las tareas de cuidados y reproductivos, ya sea entre la familia o contando con la ayuda de un Estado fuerte que apueste por unos servicios públicos y de calidad que garanticen la conciliación.
La economía feminista trata de explicar cómo habría que replantear la sociedad occidental para que los cuidados y la economía reproductiva estén bien repartidos y estén cubiertas todas las necesidades. Es realmente donde está la diferencia entre vivir y sobrevivir. Si esto se consigue en la esfera privada, la igualdad en la esfera pública vendrá después.
Este es el único camino para lograr una igualdad real donde las mujeres no tengan que renunciar a sus identidades para trabajar donde quieran. Donde las tareas de cuidados y las necesidades familiares pasen a ser de interés general y donde la economía y la vida sean más justas, más democráticas y más humanas.

1 comentario:

  1. Lo primero mi más sincera enhorabuena por tu primera entrada y por el blog.

    Empiezas con una entrada fuerte y complicada!Personalmente, no creo en los estereotipos como algo real, si como algo abstracto a partir de lo cuál empezar a construir. Por esto, mi lógica no alcanza un mundo real exclusivo de hombres ni de mujeres en ningún ámbito.

    Si me centro en el ámbito empresarial y hago caso a lo que interpreto en el reportaje, debo decir que tampoco entiendo un distinción de sexos en el acceso a altos cargos dentro de las empresas (en este caso tecnológicas).

    No concibo que un director general de una empresa de este tipo, que de una manera u otra, ponga en juego su actividad por realizar una selección de género entre sus altos cargos.

    Este tipo de empresas se mueve en un mercado muy turbulento y es un simple detalle el que pude desestabilizar la actividad por completo. Por eso no creo que el género sea una variante a tener en cuenta en el proceso de selección de personal.

    Extrapolando un poco lo anterior, concluyo apuntando que debe ser obvio que en una empresa se busca la combinación de aptitudes y actitudes con independencia del género.

    Hay cierta parte del vídeo que me transmite una imagen 'dudosa' del mensaje. Tal vez la pregunta que verdaderamente deberíamos plantear a una persona es: ¿crees que eres capaz de ocupar este cargo? Seguramente en este punto descubriríamos el por qué en ciertos sectores predomina el género masculino y en otros el femenino.

    Un Saludo ! y de nuevo: Enhorabuena por la entrada :)

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