sábado, 3 de noviembre de 2012

Nos mandan a casa



La semana pasada se presentaron en el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales para el 2013, que el ministro Montoro calificó como” los más sociales de la historia”. Pues bien, en estos presupuestos se vuelve a recortar en educación, en planes integrales contra la violencia de género, en sanidad, en programas de ayuda a la conciliación, en prestaciones para ayuda a personas dependientes y con ellos, es la mujer, un año más, la que va a sufrir directamente  la mayor parte de estos recortes, una mayor precarización de su situación laboral, un mayor empobrecimiento y una capacidad de empoderamiento mermada.
Se llaman presupuestos con perspectiva de género a aquellos presupuestos, ya sean municipales, regionales o estatales, que analizan cómo afectan a las mujeres las distintas partidas presupuestarias, generalmente las de gasto. Son una apuesta feminista a favor de la equidad en las políticas públicas. Si hacemos un sencillo análisis respecto a los presupuestos presentados el pasado jueves, lo que vemos es que se ha producido un retroceso enorme en todas las partidas que fomentan indirectamente que la mujer pueda continuar en el mercado laboral.  Esto es: si hay un sistema de sanidad público fuerte, es más fácil que una persona que necesite atención sanitaria diaria pueda acudir a su centro de salud a hacerse unas curas por ejemplo. Si precisa atención sanitaria cualificada pueda estar en una cama de un hospital por más tiempo o si se encuentra bien pero necesita atención, pueda estar en una residencia pública de ancianos o, dado que nunca tuvimos un sistema de bienestar totalmente desarrollado, en una residencia concertada con subvención de la administración pública. También un análisis con perspectiva de género, trataría de evidenciar que la eliminación de las actividades extraescolares en los colegios, la supresión del programa de madrugadores, la disminución de las  becas de comedor, que facilitaban que las mujeres trabajaran fuera, las  devuelven a sus casas, para hacerse cargo de las personas dependientes. Claramente, las distintas administraciones están dejando de asumir una parte de los cuidados necesarios para el mantenimiento de la vida.
Por otro lado, si se reducen significativamente las ayudas en materias de violencia de género. Se cierran casas de acogida, se reducen programas de detención primaria, se recorta en ayudas a las asociaciones que trabajan con mujeres y las ayudan a salir de las situación de maltrato, si se recorta en esto, el Estado deja desamparadas a muchas mujeres, está aparcando el problema y fomentando que estas situaciones se sigan produciendo ya que está desmantelando los mecanismos de prevención.
Tanto el sistema capitalista como el patriarcal han sabido utilizar muy bien a lo largo de la historia a las mujeres como cuidadoras a tiempo completo y mantenedoras de los hogares, pilar fundamental en modelos familistas como el español. Sólo cuando necesitaron mano de obra barata y precaria de mujeres, se preocuparon por facilitar unos servicios sociales y prestaciones en el sentido más amplio. Hasta ese momento no consideró que la organización de los hogares, los modos particulares de proporcionar cuidados y afectos dentro del hogar fuera una cuestión política.
Con un sistema de medioestar, que con estos últimos presupuestos va despareciendo sin ninguna perspectiva de volver a la situación de la que partimos, donde la conciliación vuelve a ser una “cosa nuestra” y no algo público y de interés general, la única alternativa que propone el modelo, la crisis y el gobierno es que las mujeres vuelvan a los hogares a trabajar, y de paso, maquillar las cifras de paro y de personas demandantes de empleo.

1 comentario:

  1. No estoy de acuerdo contigo en nada de esta entrada. Enfocar los recortes presupuestarios bajo una perspectiva de género me parece un grave error que fomenta precisamente lo que criticas.

    Un Saludooo

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